martes, 7 de diciembre de 2010

Mientras decenas de personas con discapacidad física deambulan por las calles entregados a la mendicidad, el niño Abel Rodríguez sueña con firmeza en cursar una carrera universitaria y además juega al béisbol.

Aunque desde que observó la primera luz, un 17 de diciembre de 1998 fue golpeado por la vida al nacer con deformaciones en el brazo derecho, este jovencito con espíritu de hierro y la vitalidad de echar hacia adelante ha vivido la primera parte de su etapa como todo niño normal, ayuda a sus padres en tareas del hogar, asiste al colegio, practica baloncesto, juega nintendo, lanza, batea, y se desempeña en la receptoría hasta con más entrega que los “muchachitos” de su edad. listin diario

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